Vendo mi cuerpo,
mis huesos rento,
aunque el viento los vuelva
polvo, ceniza o entierro.
Y sin nada más que ideas,
vagaré en soledad;
buscaré el silencio,
aunque tenga que partir al miedo,
a la ausencia, a la tristeza;
la efímera nostalgia
de la ausecia de mi vida.
miércoles, 29 de julio de 2009
AUSENCIA
Etiquetas: consejos, cronica, desamor, memorias, micro-cuentos
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