sábado, 14 de mayo de 2011

Mimí


Todos los días se conoce un edificio que siempre estuvo ahí y nunca lo vimos. Sin embargo, cada día están diferentes…Eso pensó mimi quien aguantaba el peso de su abrigo mientras la lluvia distorsionaba su vista. Su mano derecha estaba escondida en su bolsillo y su mano izquierda con un cigarrillo cubano, reflejaba una sensación de tranquilidad que despistaba todo acto de remordimiento y desasosiego… Solo era una fachada mas( como toda su vida), pues sentía mas ira que en la hora anterior. Su corazón parecía no caberle en el pecho y su respiración se hacia larga y extensa para dos pulmones inservibles. Ahora el edificio se había tornado mas sucio, las heces de las palomas se resbalan por los canales, asì como la sangre de su asesinato, se filtraba por sus uñas. Le diò asco, pero no por lo que había hecho, tampoco por los ladrillos rotos de la torre, vomitò por verse atrapada en una ciudad fértil, mundana, viciosa y corrupta.


KTG